Una técnica que aún utilizan algunos criadores de ganado de carne es la rotación de los toros durante la temporada de servicios.
Esta metodología de trabajo estuvo de moda y llegó a imponerse en muchos rodeos de cría.
Los veterinarios reciben permanentemente consultas acerca de sus beneficios e inconvenientes. Poniendo en la balanza ventajas y desventajas, la técnica dejó de ser recomendada, y hoy se aconseja incorporar al rodeo de vientres el total de toros el día del inicio de los servicios.
A nivel personal se recuerda con la alegría que muchos encargados recibían la novedad una vez que se iniciaba un seguimiento y el manejo del rodeo de cría, el saber que nunca más los días lunes mientras duraba el servicio tenían que dedicarlo a sacar y llevar los toros de un lado para otro, como lo venían haciendo.
Razones de los criadores: existe un mito entre los productores que defienden la rotación; piensan que los toros se van a cansar de caminar en busca de las vacas en celo, o bien que “ se les va a acabar el semen” si trabajan sin descanso. En pocas palabras, subestiman al toro (¿ quizás por compararlo inconscientemente con el ser humano?).
Comportamiento sexual del rodeo: en los rodeos de cría, durante la temporada de entore, la sabia naturaleza ha decidido que se formen Grupos Sexualmente Activos ( G.S.A.), en los que las vacas que están por entrar en celo montan a las que ya están en ese período; éstas son receptivas y se quedan inmóviles, y de esa manera entre las vacas que montan y las que se dejan montar se arman los G.S.A. Esta actividad “homosexual” entre hembras permiten que los toros observen ( por eso la importancia del control del sentido de la vista en las revisaciones preservicio ), se exciten sexualmente y comiencen con la actividad de cortejo.
Este cortejo tiene dos principales acciones:
a) Por un lado la vaca en celo, al ser cortejada, se queda cada vez más quieta cuando la montan.
b) Por otro mecanismo fisiológico el toro va concentrando su semen y su servicio será más efectivo.
El G.S.A. se forma siempre y cuando el rodeo esté bien alimentado, condición que se refleja en una tasa de celo diaria del 3 al 4 %. Al formarse el G.S.A., son las hembras que atraen al macho para ser servidas, y no es necesario que el toro camine de una punta a la otra del potrero en busca de vacas en celo.
La rotación de los toros ( cambiarlos cada semana, por ejemplo ) no presenta ninguna ventaja, y sí algunas desventajas, entre las cuales podemos citar:
1- Pérdida en las horas hombre en la rotación semanal o quincenal.
2- Mayor probabilidad de difundir enfermedades venéreas.
3- Las diferencias de veteranía, entendiéndose por ella al tiempo de permanencia de un toro en el rodeo, que influye en lo que se llama orden social dominante ( O.S.D.). Si a un rodeo se incorporan toros una vez iniciada la temporada de servicios, los toros que han estado un tiempo en el rodeo pueden subordinar a los recientemente ingresados. Al romperse el O.S.D. establecido, se tarda nuevamente unos días en restablecerlo hasta que se imponen las nuevas jerarquías, pudiendo perderse en ese lapso muchos celos.
4- Se dificulta el uso de edades similares de los toros en cada rodeo al estar
rotando los mismos.
Todos juntos: en aquellos rodeos bien organizados, en los que cuando comienza la temporada de servicios han parido todas las vacas y muchas de ellas están ciclando, son fundamentales los primeros 20/25 días de servicio.
Utilizando toros de ALTA capacidad de servicio se obtiene aproximadamente un 70 % de preñez en el primer celo, lo que es lo mismo que tener un 70 % de Indice de Concepción ( I.C.). Esto significa que si se lesiona un toro es posible retirarlo y no hay necesidad de reemplazarlo, pues a partir del día 21 ese 2-3 % de toros que comenzaron el servicio se ha transformado en un 7-10 % sobre las vacas vacías que quedan en el rodeo.
Entonces, no debe subestimarse a los toros. Ellos normalmente cumplen bien con su función dentro del rodeo, que es detectar celo y servir a las vacas varias veces, para así lograr una alta preñez al comienzo del entore, lo que resultará en una alta “cabeza” de parición.
Rotando los toros no se logra ninguna ventaja adicional en el incremento de la preñez.
Casuística: en una recopilación de información generada durante 5 temporadas de servicio ( 1988-1993 ), propias y de otros colegas, en 51 establecimientos de 7 provincias argentinas, se evaluaron 148.300 vacas.
Los servicios fueron siempre estacionados entre 60 y 100 días, y los porcentajes de toros oscilaron entre el 1,7 y 2,4 %. En ningún caso se hizo rotación de toros, todos fueron aptos físicamente, sus testículos revisados y medidos, sanitariamente controlados, sin análisis de semen y eran de ALTA capacidad de servicio, el resultado fue una preñez final promedio del 94 %.
Los rodeos evaluados tenían la sanidad y la alimentación perfectamente controladas.
Por todo lo expuesto, la rotación de toros es una metodología de trabajo no necesaria, ni recomendable.
Carlos Martín Acuña
Veterinario
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